Lo primero que quiero dejar claro es
que en las próximas líneas lo que pretendo es realizar una crítica,
sí, pero una crítica meramente constructiva. No me gustaría que
nadie se sintiera atacado, menospreciado u ofendido porque no es esa
la intención con la que me dispongo a escribir. Lo que pretendo es
intentar explicar lo que pienso sobre lo sucedido en este festival,
lo que sé que mucha gente piensa pero nadie se anima a decir.
Está claro que las dos últimas
ediciones del Renedo Rock no han sido el Renedo Rock que conocíamos
hasta ahora, no es el festival que marcaba en el calendario el inicio
de la temporada de festivales en Cantabria, como se suele decir, “ya
no es lo que era...”
El primer cambio significativo es el
traslado de la ubicación, antes el concierto siempre se trataba de
llevar a una zona del pueblo alejada, se trataba de “distanciar”
del centro del pueblo para tratar de evitar, en lo posible, causar
molestias a los vecinos (cosa completamente lógica y que respeto).
Se llegó incluso a vallar con alambre de espino en una de las
últimas ediciones, como si de ganado se tratase, causando
evidentemente bastantes problemas y daños físicos en el público.
Pero sin embargo las dos últimas ediciones el concierto se ha
trasladado y se celebra en pleno centro del pueblo, de las fiestas,
rodeado de las casetas de los comerciantes del lugar que,
curiosamente, parte de ellos antes se quejaban de ese evento cuando
ahora se están lucrando de la celebración del mismo ante sus
clientes. Este cambio de localización es simplemente un ejemplo que
nos sirve para hacernos una idea de cómo se ha transformado lo que
antes era un festival de rock obstaculizado por el Ayuntamiento a una
actividad más dentro del programa de fiestas, con un aire totalmente
cambiado y del que ahora se benefician los que antes lo rechazaban.
Al principio, al escuchar la iniciativa
el año pasado de retomar el festival tras no haberse celebrado en el
2011, me pareció una buena idea que al llevar a cabo pudo tener y
tuvo sus fallos, algo totalmente entendible debido que era la primera
vez, a la falta de tiempo a última hora para atarlo todo y otros
imprevistos que sabemos que pueden pasar, las típicas “cosas del
directo” que surgen cuando menos te lo esperas. Hasta ahí algo
aceptable, errores que tener en cuenta y que tratar de corregir en un
futuro. No obstante ya se intuía que no era de nuevo el mismo
festival de antes, organizado en nombre de ACEPI y orientado a un
público distinto al realizarse como antes mencionaba en pleno centro
de las casetas.
Uno de los dichos que siempre tratamos
de aplicar en la vida es ese de “de los errores se aprende”, pero
no fue así en este caso. Tras tener que cortar al último grupo a
medio concierto por problemas con el horario establecido en la
edición pasada, este año parecía que era un punto que la
organización tenía en cuenta y que iban a tratar de corregir, o al
menos eso pensamos cuando el concierto empezó puntual a las 21:00h
tal como estaba anunciado.
Primer y segundo grupos, Agonía y
Granada Goblin, a un ritmo perfecto, con un cambio rápido, un
horario que se cumplía y era muy de agradecer, algunos problemillas
con el sonido que no fueron nada fuera de lo normal y en absoluto
reprochables, pero hasta ahí llegó el espejismo... Cuando parecía
que se estaba preparando sobre el escenario el cambio de material
para el siguiente grupo la organización nos comunicaba a todos que
tendríamos que esperar unos 20 minutos ya que los integrantes de
Poncho K se habían quedado tirados al reventar una rueda del
vehículo en el que venían de camino. A mi parecer, aquí está el
primer fallo gordo del festival, en este caso no reprochable a la
organización, sino más bien a los músicos que debían actuar.
Según mi entender un grupo de esta talla (y de cualquiera en
realidad), que viene como cabeza de cartel, no debería tener
previsto llegar a la hora justa para subir al escenario, sino más
bien llegar con la antelación suficiente incluso para probar sonido
y facilitar el desarrollo del concierto, pero bueno, eso ya es una
opinión que cada cual puede o no compartir y está claro que cada
uno tenemos nuestras formas de hacer las cosas...
El siguiente fallo es cuando esos 20
minutos llegan a ser más de una hora de espera con el escenario
vacío, sin ninguna explicación y la gente pasando de la espera a la
desesperación. De nuevo incluyo, como opinión personal, que debían
haber adelantado la actuación de The Birras para evitar ese parón
tan largo y el consecuente retraso en el horario, pero también de
nuevo entiendo que se trata de una decisión de la organización que
sólo ellos pueden y deben tomar.
Cuando por fin el grupo llega, termina
de subir los instrumentos, probar, reprobar y calentar con total
tranquilidad empieza una actuación en la que musicalmente cada
persona del público tendrá sus gustos y opiniones, pero a mí me
faltaron simplemente unas palabras muy sencillas y que venían de
lujo esa noche, tan sólo hubiera bastado con un “buenas noches,
disculpad por el retraso”. No creo que estuviera de más tras tener
allí a toda la gente esperando una hora bastante larga, pero
volvemos a lo de antes, cada cual sabrá lo que hace y como artista
cada uno sabrá de qué manera debe actuar.
Tras la actuación de Poncho K por fin
llegaba el turno de The Birras, la mayoría de la gente que allí
quedaba, estaba esperando este momento como colofón de la noche y,
tras el antecedente del corte del año pasado, todos nos
preguntábamos qué pasaría, si este año no habría límite de hora
o si el concierto tendría que ser algo más reducido según lo
programado. Después de un comienzo animado con la gente moviéndose
al ritmo de las canciones más míticas del municipio y tras
interpretar tan sólo unos pocos de los temas que componían su
“set-list”, de repente, el escenario quedó completamente mudo y
oscuro por un apagón del generador.
Tras un buen rato de incertidumbre sin
saber lo que había pasado y temiéndonos estar ante el corte más
cutre y rastrero posible de una actuación, al fin se intuye un
mensaje por megafonía en el que la organización nos transmite algo
así como “Podéis dar las gracias al gracioso que ha bloqueado el
generador... porque se ha terminado el Renedo Rock 2013” (no sé
desde dónde estarían emitiendo la voz, pero se oía muy sucia y con
interferencias, así que es más o menos con el mensaje que me quedé
de las palabras que pude intuir, por supuesto que no están escritas
al pie de la letra).
Yo no entiendo mucho de generadores, no
sé si se puede diferenciar en ese caso un fallo del generador de un
apagado, bloqueo o lo que sea manual llevado a cabo por una persona.
Aún en ese caso, dando por hecho y creíble que se haya apagado
manualmente, y que haya sido alguien del público quien lo haya
hecho, entiendo el enfado e indignación que puedan tener los
responsables del evento, pero creo que no son las palabras adecuadas
para dar una explicación en ese momento: cuando tienes al público
un tanto cargado, cansado con los imprevistos que se han ido sumando,
cuando los que están allí son los que llevan horas esperando ver al
grupo “de casa” y repentina y sospechosamente se apagan las luces
y el sonido del escenario, considero que no es una buena idea
culparles de lo que ha pasado, básicamente porque te estás poniendo
al público, que es un todo, en contra tuya de un golpe. Lo que
quiero dejar bien claro es que no pretendo insinuar que haya sido la
propia organización quien lo provocó, antes de que alguien se
mosquee al leerlo, tan sólo creo que al igual que no se les puede
acusar a ellos, tampoco se debe culpar a un individuo X generalizando
e incluyendo como posibles sujetos a todos los que allí estaban
presentes. Dejo hasta aquí mi opinión de este suceso en concreto,
luego claro que hay distintas interpretaciones sobre ese inoportuno
corte del generador, pero ya no me quiero meter más hondo en el
fango...
Anteriormente había asistido a varios
Renedo Rock, tanto de espectador como de músico en los mismos, y lo
que allí estaba pasando, en cierta manera, mi macabra y sucia mente
me recordaba a otros acontecimientos de otras ediciones. Pero como no
quiero ni debo ser un mal pensado, vamos a continuar partiendo de la
base de que todo lo anteriormente acontecido es tal cual se le ha
explicado a la gente que estaba allí: el grupo “grande” había
pinchado y estaba de camino por lo que había que esperarles y
adorarles a su llegada, el generador se apagó debido a un
desafortunado incidente en el que X persona se coló entre las vallas
y metió la mano donde no debía, entonces, en ese caso lo que estaba
sucediendo allí ya no me pegaba para nada con lo que yo recuerdo de
un Renedo Rock. No sé por qué pero me sigue retumbando en la cabeza
la famosa frase de “vamos a reventar esa puta valla” que
expresaba a la perfección lo que era este festival anteriormente
(quienes conocieran el Renedo Rock sabrán a lo que me refiero, el
resto estarán pensando que estoy pidiendo violencia).
No digo que la gente tuviera que haber
prendido fuego el generador, destrozado el escenario o echado abajo
las casetas, que tampoco descarto precisamente que hubiera pasado
algo de todo eso en un Renedo Rock “de los de antes”, pero lo que
sí noté en ese momento fue un tremendo silencio, fue una manada de
gente silenciosa, que se conformaba con seguir teniendo luz en las
casetas para poder seguir consumiendo, no se me ocurre esa misma
situación después de todo lo que pasara en esta edición sin
escuchar y/o participar en los cánticos de protesta, en al menos
mostrar el desacuerdo y el hacer saber que no colaba, que nos tomaban
como gilipollas pero que no nos creíamos nada. Esta vez, sin
embargo, todos hablábamos entre nosotros, nos sentíamos vacilados
una vez más en cierto modo, pero nadie, entre los que me incluyo el
primero, tuvo la idea o el valor de hacérselo saber al resto de
gente que estaba allí pasmada como bobos, esperando una respuesta o
una explicación. ¿Por qué no surgió ese tipo de respuesta?, pues
sencillamente porque la inmensa mayoría de la gente que estaba allí
no iban al Renedo Rock, simplemente iban a las casetas de las fiestas
como pueden ir mañana a ver a la orquesta o pasado a cualquier otra
actividad de las programadas.
Son pequeñas cosas nada más, pero al
final todo eso se suma a la sensación de que no estás en el mismo
festival que hace unos años, ese festival del que Ayuntamiento
siempre renegó y que finalmente hemos comprobado que podemos dar por
muerto.
Está claro que son un gran cúmulo de
cosas, en las que no sirve de nada señalar culpables por señalar,
pues no se le puede achacar todo a la organización, no se le puede
achacar al público y por supuesto que no se le puede achacar a los
grupos locales. Como ya al principio indicaba que mi intención era
hacer una crítica constructiva y he expresado más o menos lo que
considero que ha fallado, también he de decir que se agradece a la
organización que siga contando con los grupos locales para darles la
oportunidad de tocar en directo en su propio pueblo, para ellos y
para los grupos de esta edición desde Agonía hasta The Birras,
pasando por Granada Goblin, muestro, por descontado, todos mis
respetos. No así para Poncho K, puesto que a parte de la opinión
que me puedan merecer como músicos, me han demostrado una falta
total de profesionalidad y de respeto con lo que pude ver el pasado
viernes. Pueden creerse un grupo de un determinado nivel, talla,
caché o como quieran llamarlo, pero para mi el viernes cualquiera de
los otros tres grupos, que a priori tienen menos recorrido y menos
trayectoria en la música, han demostrado estar por encima de ellos
con creces.
Por todo ello y como última crítica
constructiva, creo que si para el año que viene se piensa organizar
de nuevo, deberían plantearse dos opciones:
- Cambiar el nombre del evento: no es necesario llamarlo o más bien “venderlo” como Renedo Rock, si la intención es traer un grupo del estilo para animar la zona de casetas vale más que se haga como un concierto a parte, igual que se ha venido haciendo con Loquillo, La Unión o este mismo año con Seguridad Social, no es necesario disfrazarlo con el nombre de algo que ya no es.
- Volver a darle al festival el sentido que tenía: el Renedo Rock no era uno más de los festivales que comerciaban con la música, se hacía gratis y organizaba con total desinterés económico (independientemente de las ayudas del Ayuntamiento) por y para gente que quería ir de festival, no se organizaba por y para la asociación de comerciantes de Piélagos para que lo utilizasen como reclamo para sus casetas, puede parecer una tontería pero es lo que tiene el Rock, que hay veces que gusta más cuando no se vende...
Por último decir que soy una persona,
me llamo Mario y con este texto no pretendo ser ni me creo el ser
mitológico llamado “Dios”, que es y se sabe perfecto, soy
consciente de mis imperfecciones, que con todas las que son no es
fácil que pasen desapercibidas, simplemente reitero que es un texto
de opinión personal en el que pretendo aportar algunas ideas
constructivas para quien así quiera tomarlas. Al igual que yo
expreso esto, también espero críticas como respuestas, es normal
que no todo el mundo pensemos igual y trataré de aceptarlas
encantado para tratar de mejorar. Sé que habrá gente a la que no le
haga gracia o no le siente bien, le pido disculpas a quien se pueda
sentir ofendido, aunque no creo que debiera darse el caso.
Está claro que yo no soy la respuesta
a los problemas ni la solución perfecta, ya me gustaría serlo,
tengo bien claro que yo más bien pertenezco a parte del problema.
Por eso mismo he escrito este tochazo, porque considero que el
viernes se maltrató a la música, se le faltó al respeto en varios
sentidos y cuando eso sucede en un festival musical es porque hay
algún problema. También soy consciente de que esto pasa en
muchísimas más ocasiones y no he escrito nada al respecto, no
significa que me quiera cebar contra este festival en concreto, tan
sólo es que me pilla bien cercano y me da especial rabia, pero
también escribiré opinando en otros casos siempre que lo vea
conveniente, habrá que intentar aprovechar la libertad de expresión
ahora que supuestamente todavía existe, antes de que nos la quiten
del todo.
Están las cosas jodidas para la música
no comercial, así que no nos queda otra que tratar de cuidarla o nos
quedaremos sólo con Los 40 Principales y lo que ellos decidan que se
debe escuchar. Como dicen unos colegas nuestros: “No dejaremos
de hacer ruido ni aunque nos corten el sonido”
Fdo.: trocolillo
Hay le has dao Mario, por eso mismo no quise subir y eso que tocaban amigos,(bueno un rato para pegar un cartel y promocionar otro festi y ver un rato a Granada que me pillo por el camino)pero esto ya me lo esperaba yo y no me extraño nada, ahora que lo del Poncho...........es para patearle el culo hasta que llegue mas alla de Mataporquera y que no vuelva mas por aquí, menudo sinvergüenza, pinchao jeeeeeeeeeeee, me voy a callar que yo no soy tan comedido como tu, me enciendo y me van a volver a censurar
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